Año 1949. Clément Matthieu, un profesor de música con dificultades para encontrar trabajo, es contratado en un internado de chicos difíciles, donde mano dura y disciplina son las únicas consignas educativas del director Rachin. El recién llegado, un alma sensible imbuido de buena pedagogía, pondrá todo su empeño en ganarse la confianza de los chavales. No permitirá, desde luego, que le tomen el pelo. Pero procurará inculcarles lecciones de tono humano y lealtad, de no ponerles en evidencia innecesariamente, que poco a poco irán calando en ellos. También ayudará, y mucho, su empeño por formar un coro, lo que a los chicos les hará descubrir la belleza de la música, y por extensión, la del mundo que les aguarda más allá de los muros de su escuela.
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